jueves, 10 de febrero de 2011

El tan ansiado progreso, ¿cómo se logra?


- Sí, sí… -muevo la mano para calmarla y pararle los pies. Tranquila. No pasa nada. Vamos a ver-. Sí. Lo único que quiero decir es que, de una manera u otra, ésta es la novela que describe el progreso.
- ¿El progreso?
- Sí. Así es como avanza la Humanidad. El progreso es un dios terrible que, a cambio de los beneficios que nos proporciona, exige vidas humanas. Eso ocurre desde el principio de los tiempos. (…)
(Fragmento, pág. 15)

Cuestión:
¿Tú crees que “Los dueños del paraíso” es una novela que aborda el tema de cómo la humanidad ha progresado a lo largo de la historia?

¿Tiene sentido el “Juicio Final”?



- No os dejéis engañar –murmuró Lobisome entre dientes, agazapado detrás de una sonrisa falsa y afilada-. Son crueles y peligrosos. Éstos se han comido a muchos frailes…
Y entonces fray Gonzalvo, que había estado muy callado e introvertido en las   últimas horas y muy sombrío en los últimos días, dijo para sorpresa de todos:
-  Juzgo que no pierden la razón por ello, puesto que el dolor sufrido les autoriza a llevar un combate justo contra los españoles hasta el día del Juicio Final.
Lobisome apenas reaccionó levantando una ceja, como si ya se esperase algo parecido. Se acentuó el sarcasmo de su rictus y sus hombres, alrededor, intercambiaron muecas semejantes.
(Fragmento, págs. 74, 75)

Cuestión:
¿Qué quiso decir fray Gonzalvo con sus expresiones y por qué Lobisome y sus hombres reaccionaron de esa manera?

¿Somos egoístas por naturaleza?


 - ¿Tú no crees que todos somos básicamente egoístas? Los españoles iban allí para enriquecerse, por puro egoísmo, sí, pero los indios también defendían lo suyo porque era suyo, por puro egoísmo…

   - No, no lo creo, Toni –me dice con mirada acusadora, casi de odio-. Lo que somos todos es esencialmente animales, y los animales sí que son elementales y egoístas. Fíjate en una cosa: los animales que más nos gustan son los más generosos, aquellos que nos dan cariño, calor y fidelidad, porque eso los hace más parecidos a nosotros, más humanos. Yo creo que la civilización nace precisamente cuando el hombre empieza a mirar a su alrededor, y descubre al otro y se vuelve animal social; se relaciona con el entorno y eso convierte al animal egoísta en persona altruista. Eso es lo que yo creo.
(Fragmento, pág. 85)

Cuestión:
¿Con quién estás de acuerdo, con Tony o con Ariadna? ¿Por qué?

¿Para qué sirven los libros?

   

- Según como te lo mires –dijo-. Lo malo es que estamos en una sociedad cada vez más materialista, pragmática y superficial. A todo se le da un sentido utilitario, incluso a la cultura. Todo tiene que servir para algo y tiene que aportar beneficios inmediatos. (…).

Le di la razón:

- Decía mi padre el otro día: “¿A mí qué me importa lo que le pase a Madame Bovary, o a ese loco de don Quijote, (…)? A mí tráeme un libro que me enseñe a hacerme millonario en un día y ya verás son qué interés me lo leo…”.
 (Fragmento, pág. 120)

Cuestión:
¿Concuerdas con las críticas y reflexiones de Tony y Ariadna? ¿Crees que los libros “tienen que aportar beneficios inmediatos”?

Aprendizaje intercultural

 
 
Fue Marindia, siempre a su lado, quien le enseñó a vivir con y como los indios. (…).
Se asombró Zenón a ver que aquellos salvajes eran muy limpios, (…). Se bañaban con frecuencia y a modo de jabón utilizaban el extracto de una planta, (…). Y eran sumamente educados. Cada mañana se saludaban efusivamente diciendo “Taigüey” y cada noche se despedían diciendo “Taicaraya”.
Fue Marindia quien enseñó a Zenón los rudimentos de su lengua, para que pudieran entenderse. (…). Marindia le enseñó a saborear las ostras y muchas clases diferentes de pescado, que era su alimentación básica; o los guisos a base de caguamas, esas tortugas tan grandes que podían dar tanta carne como un carnero, (…).

(Fragmento, págs. 143, 144)

Cuestión:
¿Qué opinas sobre la actitud de Marindia? ¿Si tú estuviesen en el papel de Zenón, cómo reaccionarías?

¿Somos o no somos nosotros mismos?


Ella continúa:

  -… Y tú lo has hecho de la mejor manera posible, metiéndote en la piel de los personajes, pero, al mismo tiempo, sin perder de vista en qué espacio se están moviendo (…). Sólo estaba tratando de ver qué hay detrás del texto.
    Muy misteriosa la veo. Pongo cara de no entender. Provoco que ella sentencie (le  encanta dar lecciones):
­    - La novela es una máscara que se pone el autor para fingir que lo que dice él lo dicen en realidad personajes que no existen.
Hago una mueca. ¿Y?
­    - A ver –digo-. ¿Qué te pasa? Estás como ausente.
­    - “Me gustas cuando callas porque estás ausente –recita a Pablo Neruda-, / y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.”
­    - Exactamente –refunfuño.
­    - Tú estás como ausente –dice entonces subrayando el tú, y se acoda en los muslos-. Estás ausente de la novela. Estás presente en cuerpo, de cuerpo presente, en acción, en rabia, pero no estás en el alma.
(Fragmento, págs. 219, 220)

Cuestión:
¿Crees tú que la apreciación de Ariadna respecto a Tony, es justa? ¿Por qué?